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Enfrentar las opciones de reapertura como pareja

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Enfrentar las opciones de reapertura como pareja

c. The New York Times Company

En todo el mundo, las parejas están luchando para lidiar con el estrés que conlleva la reapertura de ciudades y pueblos (y la pausa o los retrocesos que, en algunos lugares, se han producido). Para algunos, la presión ha sido alta durante varios meses. Eric Spiegelman, un ejecutivo de pódcast radicado en Los Ángeles, tuiteó en abril: “Mi esposa y yo practicamos este divertido juego durante la cuarentena, se llama: ‘¿Por qué lo haces así?’ y nadie gana”.

Eso podría haber sido una broma, pero ante la posibilidad de reanudar ciertas actividades que eran normales antes del cierre, —como ir a restaurantes, ver amigos, hacer ejercicio en los gimnasios— las parejas están iniciando el proceso de abordar diferentes niveles de comodidad.

Uno de los dos quizá tiene padres mayores que corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones por el coronavirus; el otro podría ser un extrovertido que se nutre de estar cerca de otras personas por lo que, emocionalmente, está en un punto de quiebre. Y juntos tendrán que tomar decisiones como: ¿Deberíamos ir a la parrillada de un amigo, aunque probablemente no sea estricto con las reglas del distanciamiento social? ¿A quién invitamos a la fiesta de cumpleaños de nuestra hija, si es que la hacemos?

“Los votos tradicionales del matrimonio son para vivir juntos ‘en las buenas y en las malas’”, dijo Jean Fitzpatrick, terapeuta de relaciones con sede en Manhattan. “Estamos en las malas. Entonces, ¿cómo superamos un momento como este? Nuestras relaciones crecerán o se verán perjudicadas”.

A continuación, presentamos algunas estrategias que pueden ser útiles para encontrar un camino que funcione para ambos.

Recuerda que están en el mismo equipo.

“Cuando te sientes respetado y escuchado, generalmente puedes negociar cualquier cosa”, dijo Deb Owens, terapeuta especializada en relaciones que reside en el área de Filadelfia. Ella habla de manera regular con parejas que han estado discutiendo durante el encierro.

En situaciones difíciles, los terapeutas a menudo recomiendan pensar no solo en términos de “tú” y “yo”, sino también hablar de la relación como una tercera entidad.

“No se trata de decir: ‘Estas son mis necesidades y esas son las tuyas, así que negociemos’, sino de hacernos la pregunta de ‘¿Qué es lo mejor para nuestra relación?’”, explicó Jennifer Bullock, psicoterapeuta radicada en Filadelfia.

Varios psicólogos y consejeros también afirman que es importante presentar un frente unido al explicar las decisiones compartidas a los amigos y familiares. Cualquier frase como: “Yo sí lo haría, pero él tiene miedo” puede generar resentimiento y amplificar el problema mucho más allá de los límites de su propia casa.

Evitar lo ‘correcto’ e ‘incorrecto’.

Siempre es tentador mostrar algo de nuestros conocimientos cuando estamos en medio de una discusión. Pero algunos terapeutas piensan que apelar a los datos, en vez de escuchar las emociones y preocupaciones de nuestra pareja, es una estrategia condenada al fracaso.

“La gente debe preguntarse constantemente:  ‘¿Prefieres tener razón o tener una relación amorosa y comunicativa?’ , dijo Jenny TeGrotenhuis, terapeuta de salud mental y profesional certificada en trauma clínico radicada en Kennewick, Washington.

David Woodsfellow, psicólogo con licencia y director del Instituto Woodsfellow de Terapia de Pareja en Atlanta, está de acuerdo. Sostiene que pensar en las cosas en términos de “correcto” e “incorrecto” suele ser menos útil que tratar de entender cómo y qué siente la otra persona.

“Trata de entender lo que está diciendo la otra persona y por qué lo está diciendo”, sugirió Woodsfellow. “Es totalmente posible lograr entender cosas con las que uno no está de acuerdo”.

Por supuesto que la información concreta y los hechos son útiles, y a menudo necesarios, cuando se analizan decisiones conjuntas, como cuán seguro es enviar a los niños al campamento o cuánto tiempo tendría que estar en cuarentena otra familia para convertirse entrar en tu círculo. Pero al mencionar datos, asegúrate de hacerlo con la intención de educar y trabajar con tu pareja, en vez de solo demostrar un punto.

No asumas que puedes leer la mente de tu pareja.

Algunas de las cosas más comunes que escucha el psicoterapeuta Matt Lundquist son: “Ya sé lo que va a decir” o “ya sé lo que piensa”. Sin embargo, casi siempre es falso.

“Les pido que suspendan su incredulidad y que realmente trabajen para generar una profunda y sincera curiosidad”, recomendó Lundquist, propietario y director clínico de Tribeca Therapy en Manhattan.

En cualquier situación difícil, siéntate con tu pareja y escúchala. En vez de ofrecer refutaciones, trata de enfocarlo más como una entrevista sobre el origen de esas opiniones. Fitzpatrick sugiere hacer preguntas abiertas, que no se puedan responder con un simple “sí” o “no”. Algunas de las discusiones más tensas podrían ser sobre el trabajo o el dinero. Podrían intentar responder algunas preguntas como: “¿Qué opinas de nuestras finanzas en este momento?”, o si ha estado trabajando desde casa, “¿cómo debemos abordar nuestra seguridad cuando regrese a la oficina?”.

Karen Osterle, una terapeuta de parejas con sede en Washington, D. C., dijo que hay que darle a la pareja el beneficio de la duda. Ella sugiere usar frases como: “Sé que probablemente no pretendes parecer despectivo o condescendiente en este momento, pero cuando te escucho decir que no debo preocuparme, me siento despreciado”. O algo como: “¿Puedes ver a lo que me refiero, aunque no quieras hacerme sentir así?”.

Encuentra una manera de hacer ambas cosas.

Así como las peleas sobre quién lava los platos nunca son solo por los platos, las discusiones sobre ir a una fiesta de cumpleaños después del cierre, no solo son por la fiesta. Observa de manera más profunda las ansiedades y frustraciones que subyacen en cada posición y ve si puedes satisfacer la emoción sin realizar la actividad precisa.

“Solo se trata de mirar más allá de: ‘Quiero ir a este restaurante y sentarme en el patio’, y comenzar a preguntarte: ‘¿Qué podría significar eso para ti? ¿Qué representa eso?’”, dijo Samuel Allen, un terapeuta matrimonial y familiar con licencia de Keith Miller Counseling & Associates, una empresa privada con sede en Washington.

La buena noticia es que hay soluciones creativas. Si una persona realmente necesita salir y ver a sus amigos, una opción podría ser pasar un día en el parque, manteniendo las medidas de distanciamiento social.

“No se trata simplemente de preguntarnos: ‘¿Cuál es el término medio?’”, dijo Allen. “Se trata de pensar en ¿cuál es ese otro método?, ¿cómo podría satisfacer lo que provocó la necesidad original? Pregunta: ´¿Qué te aportaría eso y de qué otras maneras lo podemos conseguir juntos?’”.

Sin embargo, no olvidemos que esta es una pandemia.

Tal vez estás cansado de cocinar para ti y para otra persona, y está la tentación de los restaurantes cercanos que han reabierto. O podrías estar agotado de correr detrás de tus hijos y considerar la opción de un campamento de verano. En última instancia, tu bienestar y el de los demás deben ser la prioridad.

“Las preocupaciones de todos deben ser respetadas, y los adultos de un sistema familiar deben ser respetados como miembros con derecho a voto, pero eso no significa que cada una de las preocupaciones de los adultos sean equivalentes”, dijo Lundquist. “Por lo general, siento que la persona que está más preocupada por los temas de salud y seguridad merece mucha diferencia”.

 

Escrito por:

Amelia
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